La importancia de motivar la lectura
La motivación, como su nombre
lo indica, es el motivo por el que se hacen las cosas. Constituye por lo
tanto el motor de partida de cualquier aprendizaje. Aprender a leer es
la clave para lograr el éxito en toda la etapa escolar. Por ese motivo
es tan importante que la fase de iniciación a la lectura sea una
experiencia positiva y, sobre todo, que despierte la motivación de los
niños y niñas por el conocimiento. La asociación del aprendizaje con
agrado es un factor central de motivación para que el niño se transforme
en un estudiante interesado en aprender, y la mejor forma de que un
niño adquiera los conocimientos que requiere:
es hacerlo sentirse competente y capaz mientras aprende. La familia juega un rol fundamental durante toda esta etapa.
es hacerlo sentirse competente y capaz mientras aprende. La familia juega un rol fundamental durante toda esta etapa.
A continuación se entregan algunas sugerencias para despertar en los niños el interés por la lectura
desde una perspectiva positiva:
Seleccionar los temas de interés
Para elegir los textos que se
propondrán a los hijos e hijas, es necesario buscar temas que se
conecten con sus intereses y su edad. Hay que indagar cuáles son sus
temas favoritos y qué cuentos los motivan a conversar. Por ejemplo, es
probable que los niños se sientan más estimulados frente una novela de
ciencia ficción y las niñas, en tanto, frente a una novela romántica.
Dicho aquello, es preferible no caer en conductas estereotipadas al
momento de escoger los textos, sino más bien personalizar la elección.
En los libros todas las
posibilidades del conocimiento están accesibles. Sólo hace falta
encontrar el texto que se vincule con los intereses de cada niño y
escoger uno que tenga el grado de dificultad apropiado. Si el texto se
adecua al lector es seguro que ese libro atraerá su atención. Una
buena manera de orientar a los estudiantes en sus lecturas es conversar
con ellos sobre aquellos libros que han leído y que les han fascinado y,
a partir de allí, hacer un recorrido por la biblioteca o la computadora
en búsqueda del libro apropiado.
Es necesario escuchar a los
niños y adolescentes para que puedan expresar qué y cuándo quieren leer.
Esta actitud contribuye a disminuir resistencias frente a la lectura.
Es un mecanismo para cambiar los procesos de rechazo, transformándolos
en una actitud positiva, además de validar lo que los niños leen
espontáneamente. Hay ciertos libros que marcan a una generación con su
impacto. Es el caso de Papelucho para los pre adolescentes de los
ochenta y los noventa, o Las Crónicas de Narnia para los actuales. Leer y
conversar sobre lo que lee la propia generación marca un signo de
pertenencia.
Seleccionar tipos de lectura de acuerdo a la edad
Es muy importante que la
selección de los libros esté acorde al nivel de la edad. Los adultos
a cargo deben hacerse algunas preguntas. ¿Qué sugerimos? ¿Qué invitamos a
leer? ¿Qué están leyendo ellos espontáneamente?
Las rimas y las canciones se
aconsejan para los más pequeños. Son un excelente aliado para enseñar de
una forma lúdica, favorecen el uso del lenguaje y, sobre todo,
incrementan la capacidad de memorización. Las canciones y rimas
aprendidas en la infancia se conservan en la memoria hasta edades
avanzadas y permiten percibir la realidad de forma poética.
Para un adolescente en
cambio, el leer una biografía, significará tener un modelo disponible,
que lo llevará a pensar en sus acciones, aciertos, emociones,
fortalezas, y en los vínculos que establece más adecuado para motivarlos
y no al revés.
Una visita en conjunto a la
biblioteca de la escuela o de a municipalidad, puede ser muy orientadora
y enriquecedora en este sentido.
Crear un rincón de lectura
Desde la etapa preescolar se
recomienda armar para los hijos una pequeña biblioteca que cuente con
diversidad de textos. Éstos deben estar ubicados en un lugar fijo, al
alcance de la mano del niño para incentivar la autonomía de la lectura.
Se sugiere incluir libros de textos con buenas ilustraciones, que
desarrollen el sentido estético, que cultiven la fantasía y la
imaginación, así como libros de conocimientos, de arte, enciclopedias,
diccionarios, CD ROM y, en general, todos aquellos que puedan atraer su
atención.
Leer en un ambiente de calidez afectiva
La estabilidad y la confianza
en el afecto incondicional de los padres son clave. La familia
debe funcionar como un equipo en que todos colaboran en el aprendizaje
de los otros. Por ejemplo, se puede comentar el libro que se está
leyendo. También, recordar y regalar libros que son importantes para
ciertas edades: Las aventuras de los cinco de Enid Blyton en la etapa
escolar, y El Principito y Juan Salvador Gaviota en la adolescencia.
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